Con la rapidez del día a día es fácil no prestar atención a nuestra salud mental. Sin embargo, si queremos mantener un equilibrio emocional es importante priorizar nuestro autocuidado Igual que te lavas los dientes o te duchas todos los días, incorporar algunas de estas prácticas en tu rutina diaria te ayudarán a mantener una buena higiene mental:
Dedícate un tiempo a ti. Puede ser a través de la meditación, escribiendo o dando un paseo tranquilo. Estos espacios nos ayudan a profundizar en nosotros mismo y a recargar energía.
Es necesario aprender a decir “no” cuando lo consideramos importantes. Poner límites ayuda a cuidar de nuestro bienestar y a prevenir el agotamiento.
Dormir es vital para una buena saludo mental. Establece una rutina de sueño que te garantice dormir las horas que necesitas, ayudará a mejorar tu estado de ánimo y mantener unos niveles adecuados de energía.
Poner el foco en las cosas buenas que están pasando en tu vida. Puedes practicar la gratitud dentro de tu práctica de meditación o puedes llevar un diario donde escribas aquellas cosas por las que te sientes agradecido en el día de hoy. A veces son cosas, que por habernos acostumbrado a ellas dejamos de darles importancia, como tener comida en la nevera o un techo donde dormir.
Los seres humanos somos seres sociales. Guarda algo de tiempo para conectarte con amigos o familiares, a poder ser en persona.
No tienes que hacer todo sol. Aprende a delegar tareas y a pedir ayuda.
El ser humano está hecho para moverse. Practicar ejercicio físico de forma regular no es sólo bueno para el cuerpo, sino también para tu bienestar emocional. Como decía Karen Blixen “la cura para todo es siempre agua salada: el sudor, las lágrimas o el mar”
Dedica unos minutos a la práctica de la atención consciente. Esto te ayudará a estar más presente, disminuyendo la ansiedad y aumentando la concentración
Limita el uso de dispositivos electrónicos. Estar constantemente enganchados a dispositivos puede afectar a la salud mental. Reserva partes de tu día sin móvil, tablet ni ordenador.
Si sientes que no puedes hacerlo solo, está bien buscar ayuda.
Crear unos buenos hábitos de higiene mental será beneficioso para tu bienestar, además de ayudarte a enfrentarte al día a día manteniendo una mente más centrada. Integra estas prácticas en tu vida y observa como vas construyendo tu equilibrio emocional. No es necesario que intentes aplicarlas todas de golpe, empieza por una de ellas, mantenla una semana y cuando la vayas integrando puedes ir añadiendo otras.
